viernes, 4 de diciembre de 2009

VIDEO ENTREVISTA CON EL HISTORIADOR NORBERTO GALASSO

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"El objetivo de mi trabajo es hacer una crítica a las ideas dominantes"

Definido en diversos ámbitos como periodista, escritor, historiador, ensayista y militante político; Norberto Galasso recibió a Complejo Literario en su estudio del barrio porteño de Parque Chacabuco. Con más de 40 libros publicados y 73 años sobre sus espaldas, sigue trabajando a toda máquina: planea editar un nuevo libro sobre historia argentina para marzo de 2010, en consonancia con los festejos del Bicentenario.








La coherencia ideológica de Galasso se mantiene incólume a través de los años. Defensor de la izquierda nacional y del latinoamericanismo, no sólo es un intelectual que rescata las figuras de relegados caudillos del interior, como la de Chacho Peñaloza, sino que también es un lúcido cronista de las épocas que transita; como lo demuestra en sus libros Discépolo y su época o Del televisor a la cacerola. Seguro que ya habrá tiempo para ordenar el estudio de Parque Chacabuco.
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Por Fernando Córsico

Algunos de los títulos publicados por Galasso

Scalabrini Ortiz y la lucha contra la dominación inglesa
Jauretche y su época: De Yrigoyen a Perón
La búsqueda de la identidad nacional en Jorge Luis Borges y Raúl Scalabrini Ortiz
Manuel Ugarte y la lucha por la unidad latinoamericana
La larga lucha de los argentinos: Y como la cuentan las diversas corrientes historiográficas
El Che: Revolución latinoamericana y socialismo
Testimonios del precursor de FORJA: Manuel Ortiz Pereira
La Revolución de Mayo: El pueblo quiere saber de que se trata
Seamos libres y lo demás no importa: Vida de San Martín
J.J. Hernández Arregui: Del peronismo al socialismo
De la Banca Baring al FMI: Historia de la deuda externa argentina





jueves, 3 de diciembre de 2009

Diálogo con Agustín Alezzo

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Nos cita a las 20 hs. para la entrevista, y a las 20 en punto estamos tocando el timbre con un pulso un poco tambaleante. Esperamos un rato no muy largo hasta que Agustín llega con sus pasos cortos y su pequeño bastón para abrirnos, acompañado de su perra Negrita...

Las 8 de la noche es un horario un poco raro para juntarse... me preguntaba si merendaríamos o cenaríamos, y para no caer con las manos vacías llegamos con una rica picada, que nos hizo guardar en la cocina porque evidentemente todavía era muy temprano para comer.

Para algunos desprevenidos que no sepan quién es Agustín Alezzo, se lo podría catalogar como director de teatro, pero seguirían sin entender quién es. Alezzo es junto con Augusto Fernández los dos teatristas más grandes que tuvo el país. Tanto como director de teatro como maestro de actores. Es para el teatro lo que Borges fue a la literatura. Respetado y admirado en todo el mundo, es el que recibe las ovaciones de pie por varios minutos en cada entrega de premios (no se puede olvidar la ovación al recibir el ACE a mejor dirección por Rose).

Nos sentamos un rato en un sillón hasta que Negrita marca territorio en su lugar y nos tenemos que correr de asiento. La charla va a arrancan con unas latitas de Quilmes que nos trae, y mientras esperamos que las vaya a buscar, recorremos un poco la casa. Sus cds preferidos parecen ser de música clásica y jazz, especialmente Mozart y Louis Armstrong. Y los dvds deberá tenerlos en otra habitación, aunque acá abundan los vhs de películas clásicas.

Si bien el video tenía que durar menos de 5 minutos, tuve que dejarlo en 20, pensando en todos los amantes de Agustín. Esto no es una entrevista. Lejos de eso, es una lección más del viejo. Pura sabiduría. Disfrutenlo.

Primera parte

Aclaración: en poco tiempo se mejorará el sonido y se van a subir 2 videos más.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Videoentrevista con el escritor Alberto Laiseca



"Hay que huírle a la hipercrítica porque sólo sirve para trabar la escritura"


El autor de "Los Soria" habló sobre el proceso creativo, sus inicios en la literatura y sus grandes maestros. Aseguró que ni la desdicha ni la soledad son necesarias para concebir grandes obras.

Por Patricio Lange.

Para esta entrevista Alberto Laiseca me recibió en su casa, un pequeño departamento en el barrio de Caballito. Al entrar me encontré con la morada de un artista y, aunque el dueño de casa no estuviera presente ni yo supiese quién la habita, mi impresión hubiera sido la misma: aquí vive alguien a quien sólo le importa la literatura.

El escritorio fue conquistado por grandes pilas de papeles. El resto por polvo, humo de cigarrillo y botellas de cerveza vacías. Y las paredes cubiertas por cientos, quizás miles de libros con lomos invisibles, sin nombre. Su dueño se encargó de forrarlos con papel blanco. "Es para enmascararlos y evitar el robo", explicó.

Laiseca habló de su admiración por Edgar Allan Poe y Oscar Wilde, y sobre lo mal que escribía cuando comenzó en la literatura. Hoy, en sus talleres le aconseja a los alumnos "huírle a la hipercrítica como si fuera la peste bubónica" y "vivir mucho, leer más, y escribir todo el tiempo".

Entremos al mundo Laiseca.



Alberto Laiseca nació en 1941, en Camilo Aldao, provincia de Córdoba. Estudio Ingeniería en Rosario pero al poco tiempo abandonó la carrera para dedicarse a la literatura. Trabajó como peón de campo, y como empleado de limpieza en Buenos Aires mientras escribía. Durante diez años se dedicó incansablemente a la creación de su libro "Los Soria", una novela de más de 1300 páginas que se publicó 16 años después de haber sido escrita, cuando ya era una obra de culto en el ambiente literario. Ricardo Piglia la definió como "la mejor desde Los Siete Locos", de Roberto Arlt.


Entre sus obras:

* Su turno para morir (1976)
* Matando enanos a garrotazos (1982)
* Aventuras de un novelista atonal (1982)
o comienzo
* Poemas chinos (1987)
* La hija de Kheops (1989)
* La mujer en la muralla (1990)
o La caída del Rey Nan
* Por favor ¡plágienme! (1991)
* El jardín de las máquinas parlantes (1993)
o 1.La usina parlante
o 2.El jardín del mago
o 3.Me visita un astrólogo
* Los Soria (1998)
o crítica de Gudiño Kieffer
* El gusano máximo de la vida misma (1999)
o fragmento.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Abordar la psicología desde la escritura

La licenciada Beatriz Goldberg, autora de numerosos libros que tocan distintos temas de diván, explica en la siguiente videoentrevista como logra llegar al lector como si se tratara de una sesión de terapia.

Con su primera publicación Estoy a Tiempo Todavía, la licenciada en psicología y escritora Beatriz Goldberg, comenzó con lo que sería una seguidilla de libros que abordan distintos temas de la psicología y que buscan no sólo transmitir una idea o servir de guía a sus lectores, sino que también contenerlos y ayudarlos a encontrar una salida a sus problemas.

Escribir sobre temas de este tipo no es tarea sencilla, ya que no se trata de historias de ficción o de cuentos de fantasía; son relatos reales con los que el lector se siente identificado y a los que es sensible, por lo que cada palabra debe ser elegida con cuidado.

En la siguiente entrevista, la licenciada nos explica cómo logra abordar estos temas con la sensibilidad que merecen, elige sus obras preferidas y define su estilo como escritora.


Stephenie Meyer: la mujer de los vampiros

Es la autora de una de las sagas más exitosas del momento. Sus libros Crepúsculo, Luna Nuea, Eclipse y Amanecer la llevaron a la fama y le dieron un lugar en la historia de la literatura, siendo una de las mayores vendedoras de los últimos tiempos.



Todo comenzó con un sueño. Durante un viaje en tren en el año 2003, Stephenie Meyer tuvo el descanso más productivo de su vida, ya que soñó con la historia que la haría famosa. Al igual que la escritora de otra exitosísima saga –J.K Rowling, creadora de Harry Potter- todo comenzó como quien no quiere la cosa.



Stephenie Meyer nació hace 36 años en Connecticut, Estados Unidos. Estudó Literatura Inglesa, pero nunca pensó en escribir hasta mucho después de haberse recibido. Jamás imaginó que sería la creadora de un suceso tan grande como el que hoy se creó con la saga de su autoría Crepúsculo, una historia de amor y vampiros, que resultó ser una combinación perfecta para atrapar a los lectores jóvenes y por qué no a algunos adultos.



La historia de amor entre una joven común y corriente llamada Bella y un vampiro llamado Edward captó al atención de miles de lectores alrededor del mundo, y los cuatro libros que conforman la saga –Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse y Amanecer- escalaron a los primeros puestos de ventas rápidamente.



Al ver el increíble impacto que tenía la novela en los jóvenes, la productora Summit Entertainment compró los derechos para realizar las películas. Luna Nueva, la adaptación cinematográfica de la segunda parte de la saga, se estrenó el 19 de noviembre en nuestro país y en el mundo.



Otros libros de la autora: La Huésped, que es una novela publicada en 2008 y que contaría con dos partes más que, según reveló Meyer en una entrevista, se llamarán El Alma y La Buscadora.



Noche de baile en el Infierno es otra obra de Meyer, publicada también en 2008. Se trata de una compilación de cinco relatos de amor y fantasía.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Videoentrevista a Marcelo Birmajer

"Un trabajo nunca está listo:
siempre es menos malo que si no lo hubieras corregido"


Marcelo Birmajer hizo de todo: escribió guiones de cine, de tele y de teatro; participó de un programa de radio y en revistas de todo tipo. Entró en el mundo de las historietas nada menos que dentro del staff de la mítica
Fierro. Es autor de libros de humor, fábulas y novelas para adolescentes, y hasta cuentos para adultos. Su primera obra, Un Crimen Secundario, va por su décima edición y lleva vendidos más de 50 mil ejemplares.

En esta videoentrevista, conocé cómo es el proceso creativo de este ocurrente y simpático narrador de historias.



jueves, 26 de noviembre de 2009

Jack Kerouac: Rey de los beatniks y una generación que cambió el curso cultural del siglo XX


Entre el jazz de los años cuarenta y los Beatles, Bob Dylan, y el Arte Pop, una generación de escritores jóvenes modificó el curso literario de Estados Unidos y el mundo. Impuso un nuevo límite cultural, elaboró sus propias definiciones, e intentó doblegar la idiosincrasia de una sociedad alienada en busca del sueño americano a cualquier precio, y se enfrentó a todo lo pacato y lo superficial del arte, la política, y la religión. De la mano de la experimentación literaria, química, sexual y artística, los tres jinetes beatniks por excelencia, Jack Kerouac, su máximo gurú, junto a Allen Ginsberg y William Burroughs, atacaron al mundo con libritos desde sus guaridas de drogadictos y borrachos, partiendo el siglo XX a la mitad.


La vida Beat:

Jack Kerouac, de origen franco-canadiense, nació en 1922 en Massachussets y hasta los cinco o seis años no habló inglés, sino francés. Jugando al fútbol consiguió una beca para la Universidad de Columbia y en 1944, a los 22, conoció a Allen Ginsberg, cinco años menor que él. Ese encuentro sería clave para la literatura estadounidense. Al poco tiempo los dos jóvenes escritores conocieron a un tipo mayor que ellos, William Burroughs, heredero de la fortuna del inventor de la calculadora, y formarían una trilogía mítica para el lenguaje literario de la época que en la cronología de esta historia sería el nacimiento del movimiento beat.

El término beat lo acuñó Kerouac a finales de los 40, una derivación de “beaten down”, que significa abatido o derrotado e intenta definir a su generación que vivía desesperada en Nueva York en los cuarenta y a la sombra de la gran depresión y la segunda guerra.

Los beatniks se enfrentaron a todo tipo de orden moral y religioso que pudiera socavar lo que ellos consideraban el propio “ser”. Tomaban ácidos, heroína, benzedrina, mucho alcohol, y tenían experiencias homosexuales.

El grupo selecto estaba compuesto por Kerouac, Ginsberg, Burroughs, y otros personajes centrales como el poeta y ferroviario Neal Cassady, amigo y amante de Kerouac, y los poetas Gregory Corso, Gary Snider, Phillip McClure, y el editor Lawrence Ferlinghetti.

La vida de Kerouac estuvo signada por la literatura y su adicción a la bebida. La fama le llegó tarde, varios años después de haber publicado su obra maestra “En el camino” (1957), y lo encontró como un Elvis en su época obeso, totalmente alcohólico, y dando famosas entrevistas por televisión como un rockstar de la literatura en plena autodestrucción.


Algo sobre la obra de Kerouac:

En 1950 publicó su primer novela “El campo y la ciudad”, un libro que hablaba de la problemática de compatibilizar la vida en Nueva York con las costumbres tradicionales de su familia. Con esta obra ganó cierto reconocimiento en el ambiente literario.

En esa época, Kerouac realizó una serie de viajes frenéticos junto a Neal Cassady atravesando los Estados Unidos de costa a costa y llegando siempre hasta México. El combustible de estos viajes siempre fue la locura, la excitación, y las anfetaminas. Kerouac decidió relatar esas aventuras en el tono en que hablaba Cassady, siempre excitado, con una métrica al ritmo de su respiración a la que Kerouac llamó “prosa espontánea”, muy influida también por los fraseos de sus ídolos del jazz bebop, como Charlie Parker. En su casa, tomando benzedrina para no dormir y seguir escribiendo, Kerouac terminó la novela en sólo tres semanas.

Durante un período de siete años en el que ningún editor quiso publicar su novela, Kerouac siguió escribiendo y junto a Ginsberg y Snyder comenzaron a ganar cierta fama como poetas beats. Finalmente, después de deambular en busca de editores para su libro, “En el camino” fue publicada en 1957. La novela fue un éxito arrollador y lo lanzó a la fama. Los viajes alocados por las rutas de Estados Unidos se pusieron de moda entre los jóvenes, que los veían como una forma de vida que les permitía escapar del modelo social típico de la sociedad estadounidense. Pero Kerouac no supo asimilar su nuevo rol de ícono cultural (comparado con rebeldes como Marlon Brando y James Dean) y se convirtió en un alcohólico terminal. Aunque siguió publicando novelas, la mayoría ya las había escrito en los años previos al éxito de “En el camino”.

“Los subterráneos” es otro libro destacado en la producción de Kerouac. Fue publicado en 1958 y cuenta la historia de Leo Percepied, un periodista de 31 años (el mismo Kerouac) y su novia, la negra Mardou. Kerouac cuenta con infinito dolor y decepción la historia de un amor fallido. Una obra maestra en la que llevó al extremo su “prosa espontánea”, escribiendo de un tirón oraciones de métricas al ritmo de la respiración, en plan bebop, que obliga a una lectura imparable, irresistiblemente real y descarnada. El prólogo de Henry Miller lo pone a Kerouac como uno de los grandes del siglo.

En 1961, publicó su último gran libro, “Big Sur”, que relata su estadía en busca de sí mismo en una cabaña en California, en los bosques montañosos del mismo nombre.

Por su educación anti judía y anti comunista, desde mitad de los años cincuenta y hasta su muerte por cirrosis en 1969, Kerouac viró ideológicamente hacia la extrema derecha. Sus fans, que habían adoptado sus obras más importantes como “En el camino” y “Los subterráneos” como verdaderos modelos de vida outsider y en contra de las reglas represivas de una sociedad destrozada, no podían creer que ese borracho perdido que aparecía en televisión estuviera a un paso del fascismo y del Partido Fascista de América.





Novelas

- El campo y la ciudad (1950)
- En el camino (1957)

- Los vagabundos del Dharma (1958)
- Los subterráneos (1958)
- Doctor Sax (1959)
- Maggie Cassidy (1959)
- Tristessa (1960)
- Lonesome Traveler (1960)
- Big Sur (1962)
- Visiones de Gerard (1963)
- Desolation Angels (1965)
- Satori in Paris (1966)
- Vanidad de Duluoz (1968)
- Pic (1971)
- Visiones de Cody (1972)
Poesía
- México City Blues (1959)
- Poemas dispersos (1971)
Varios
- Book of dreams (1960)
Cine
- Pull my daisy (1961). Película de Robert Frank en la que Kerouac es el narrador.
Grabaciones
- Poetry for the Beat Generation (1959)
- Blues and Haikus (1959)
- Readings by Jack Kerouac on the Beat Generation (1960)


domingo, 22 de noviembre de 2009

Trilogía de Alejandro Dolina

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Si alguien agarra un libro de
Alejandro Dolina y recorre algunas de sus páginas, puede identificar fácilmente quién es el autor. Las mezclas de influencias como Miguel de Unamuno, Carlos Gardel, Humberto Constantini, Platón, Oscar Wilde, Shakespeare o Miguel Ángel, hacen de su relato un estilo único.


Su primer libro fue Crónicas del Ángel gris (1988), un compilado de relatos que en su mayoría habían sido publicados en la revista Humor y se llegaron a vender más de 500.000 ejemplares durante varias ediciones y versiones.

Las diferentes historias giran en torno al Ángel Gris (ya todo un personaje de culto dentro de la literatura argentina), un repartidor de sueños del barrio de Flores. Sus habitantes se pueden dividir en dos grandes personalidades: los Hombres Sensibles y los Refutadores de Leyendas.
Los primeros son los soñadores, los sensibles, los que creen en hadas, fantasmas e historias fantásticas. Los que hacen que las historias puedan desarrollarse. El polígrafo Manuel Mandeb, el poeta Jorge Allen, el músico Ives Castagnino y el "Ruso" Salzman, jugador compulsivo, son algunos de estos personajes (que ya forman parte de sus personajes y se repetirán en otros cuentos y otros libros).
Los Refutadores de Leyendas son personajes suspicaces, racionales y necios. Se dedican a negar todos los episodios fantásticos que ocurren en el barrio.


Hizo esperar a todos los fanáticos, y recién en 1999 sacó su segundo libro: El libro del fantasma. Los relatos pueden leerse como una continuación del anterior. La estética y la temática son parecidas, y el barrio de Flores sigue siendo central, pero se agregan otros relatos fantásticos en China y lugares afines.

El protagonista recibe en la plaza de Devoto la visita de un fantasma escritor recientemente fallecido, que firmó un contrato para escribir un libro y murió sin escribir ni una página. Entonces le pide a este que escriba por él todo lo que quiera para llenar las páginas, y a cambio, le promete el amor de la mujer de su vida.
A lo largo del libro se van desarrollando los relatos, intercalados por este personaje y el fantasma, que va supervisando que todo salga bien.





Por último, llegó el Bar del Infierno (2005), un libro que se inspiró en el programa televisivo que llevaba el mismo nombre en Canal 7.
La acción transcurre en un bar del que no se puede salir, no porque no haya puertas, sino porque no existe el afuera. El narrador de Historias es un hombre condenado a contar un cuento cada noche. Los textos que componen el libro provienen de las copias realizadas por Dimas Santángelo, un anciano que robó los libros al Narrador, cuyos relatos son eternos.
La temática de los relatos siguen a los libros antecesores, principalmente al del fantasma.





Muchos de sus cuentos fueron llevados con muchas ganas a la pantalla. Aquí algunos...

Basado en Carreras secretas




Basado en Las tetas de Devoto


jueves, 12 de noviembre de 2009

El Best Seller Impensado






Hermán Lanvers es cordobés, médico cirujano y un amante del continente africano. Lleva publicadas dos obras y vendidos 40 mil ejemplares. Esta es la historia de un tipo común con espíritu aventurero que un día decidió escribir.


"Que me entrevisten los suplementos culturales siendo un autor de novelas de aventura es como si siendo jugador de fútbol 5 -y de los que juegan sólo los sábados- Maradona me llamara para jugar un partido oficial de la selección", aseguró Hermán Lanvers en una entrevista que dio a la revista Ñ de Clarín.

Es que Lanvers nunca pensó en ser escritor, hasta que se encontró con dos obras publicadas por él, una de las cuales ya es best seller. África, hombres como dioses es su primer libro, al que le siguió Harenes de piedra.

Su motivación principal: la pasión que siente por viajar y su romance con África, un continente que despertó sus deseos por adentrarse en la literatura y contar al mundo sus aventuras. El secreto del éxito de sus novelas, es tal vez su simpleza a la hora de escribir y el hecho de que todos podríamos ser los protagonistas de sus historias.

Lanvers es fanático de los libros de aventuras y dueño de un espíritu libre que lo llevó a viajar 9 veces a África, en donde además escaló en solitario (solo acompañado por nativos) los montes más altos del continente, el Kilimanjaro y el Monte Kenia.

El resultado de esos viajes son sus dos libros, en los que acerca al lector al continente africano de una forma atrapante, relatando distintas aventuras en el mundo de las guerras africanas defines del siglo XIX, la esclavitud, los nativos y la dura realidad que se vive hoy en día en África.

Félix Luna dijo acerca de África, hombres como dioses: “Muy interesante y entretenida. Está bien escrita, y es muy atractiva. La leí con gusto. Me recordó a las novelas del británico Patrick O'Brian, el de Capitán de mar y guerra”.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Yasunari Kawabata

De oriente a la mesita de luz
Un recorrido por la historia del brillante escritor japonés que supo ser best seller en la Argentina décadas después de suicidarse.

Yasunari Kawabata nació en Osaka, Japón, en 1899. A los dos años quedó huérfano y tuvo que ser criado por sus abuelos. Para cuando cumplió los catorce años de edad, insomne y lector voraz de clasicos europeos, él mismo era toda su familia. Todos estas experiencias, quizás, alimentarían lo que fue su obra, donde la soledad, la angustia ante la muerte, además de la búsqueda de la belleza y la atracción por la psicología femenina, expresado todo ello en un estilo simbólico y lírico, lo ubican como la piedra angular de la literatura japonesa moderna y lo plasman como un destacado estilista dentro de la escuela instrospectiva y poetica de Tanizaki.


Deseoso de poner su mente y su pluma en acción, Kawabata se incribió en 1920 en la universidad Imperial de Tokio para estudiar literatura inglesa, y un año después se cambió a la carrera de literatura japonesa, convencido de la riqueza de sus raíces.

Sus primeros trabajos fueron ligados a la literatura de su tierra, pero también al periodismo. En 1924 fundó la revista "La edad artística", en donde editó por primera vez "La bailarina de Izú", una de sus obras más populares que recopila testimonios de ficción muy ligados a su historia personal.



Sin duda ha sido uno de los autores orientales modernos más prolíferos: en sus obras completas hay s de 500 títulos, entre novelas, nouvelles y cuentos, publicados en 35 libros. A todo esto se le suman un sinfin de rtículos, críticas literarias y traducciones de textos clásicos japoneses, como por ejemplo el anónimo "Taketori Monogatari" (El cuento del leñador). Entre sus obras más importantes se destaca el libro de cuentos "Primera Nieve en el Monte Fuji", la clásica "El Maestro de Go", y su última novela "Lo Bello y Lo Triste", reeditada en la Argentina en 2008.

Pero la carrera de Kawabata adquirió fama mundial en 1968, cuando le otorgaron el Premio Nobel de Literatura. Su discurso al recibir el reconocimiento quedará guardado en la historia de la literatura: a raíz del suicidio de su amigo Akugatawa y el de su discipulo Mishima mediante un ritual suicida japonés, seppuku, Kawabata, que no simpatizaba con el suicidio enuncia que "la muerte no es una respuesta, ya que solo interrumpe la comprensión".

Contrariamente a lo que cualquiera podría imaginar, y lejos del ritual o la tradición, que siguieron sus amigos, Kawabata se suicidó sin dar explicaciones en la ciudad de Zushi el 16 de abril de 1972. Ese mismo año, como sucede con la mayor parte de los genios de la literatura, su trabajo obtuvo un gran reconocimiento mundial y sus obras póstumas alcanzaron récords de venta en múltiples y diversos puntos del mundo, acercando a la cultura y tradiciones japonesas a la mesita de luz de cualquier lector curioso.

Para conocer más y aguzar los sentidos, un video homenaje con las mejores imágenes del hombre y la obra que abrieron las puertas de l lejano oriente:



martes, 3 de noviembre de 2009

Todo sea por la FLIA


La Feria del Libro Independiente y Alternativa (FLIA) necesita gente con ganas de: colaborar, pensar ideas para cada evento, organizar los mismos, hacer prensa y difusión, trabajar en los stands, y sentirse parte de un movimiento que hace tres años viene trabajando sin fines de lucro para difundir obras literarias de artistas independientes.

Por eso el equipo horizontal y democrático que hoy lleva adelante FLIA advirtió en su blog que necesitan “mayor participación activa de nuevas personas que enriquezcan el colectivo y se hagan tiempo para ir a las charlas, ayudar, y trabajar en la organización”.

Sus miembros se reúnen en asambleas abiertas todos los martes con el objetivo de que ese anhelo que comenzó hace más de tres años siga creciendo: la existencia de un espacio de difusión para obras y artistas ignorados por el circuito comercial.


FLIA ya tuvo 11 ediciones en Capital, pero también se propagó este año hacia a La Plata y Bahía Blanca, y también a la provincias de Misiones y Chaco, cuya primera versión será en noviembre, los días 14 y 15 en Resistencia.






La idea es tan noble y, por suerte, los resultados tan excitantes, que valdrá entonces la pena acercarse y colaborar para dar lugar a los nuevos valores borders de la literatura local.

“La lucha resulta completamente desproporcionada: una compañía de artistas de circo contra un ejército mercenario armado hasta los colmillos; un puñado de ilusiones alzado contra la voluntad de poder, enfrentados irremediablemente, de principio a fin”, es una de las proclamas que propone el blog para darle fuerza a ese pequeño escuadrón de artistas de ningún lugar que, organizados en FLIA, están mutando hacia una verdadera guerrilla urbana de poetas y escritores alternativos, inmensa fuente de creación al alcance de más y más lectores cada día.


Es hora de hacernos la novela, la película, o el poema, de que el arte nos puede pertenece a todos. A los que lo hacen y a su público. NO a los dueños de las jaulas para libros, discos, pinturas y conciertos, que le ponen precio a todo, luego lo ordenan por góndola, y después compran teatros, cafés, y salones donde éstas obras serán expuestas, privatizando nuestro derecho a consumir arte, música y poesía.

Acercarse entonces, los martes a las 20 a la sede FLA de Brasil 1551, en el barrio de Constitución, es un asunto de FLIA.




por Patricio Lange.

lunes, 2 de noviembre de 2009

CRÓNICA ARBITRARIA DE UNA NOCHE CUALQUIERA EN BUENOS AIRES

No sólo de críticas y presentaciones vive el hombre. Hoy me voy a permitir dejar de lado por un rato la tercera persona -esa que hace tan creíble al periodismo- y dedicarme a la primera, a mi propia voz. Que no es menos creíble.
Presento una crónica de factura propia: un recorte subjetivo de la noche en Buenos Aires. De seres anónimos que trabajan, seducen o simplemente vegetan, en la penumbra ciudadana.
Las siguientes líneas son también un humilde homenaje a
Fabián Polosecki, quizás el primero en poner el ojo en las mariposas de la noche. Dándoles entidad y existencia a muchos seres olvidados.

“¿Querés qué te cuide la moto?”, me preguntó Abril, una nena de siete años que trabajaba en Puerto Madero, sobre Alicia Moreau de justo, en frente de los cines. No supe que contestarle, eran las 22,30 y yo estaba apurado.
Cuando volví, a las 12 y media de la noche, noté que Abril todavía estaba sentada en la vereda, me dio pena verla. Me acerqué y conversamos un ratito: contó que se quedaba cuidando los autos hasta las cuatro de la mañana, que después iba a tomar el tren en Constitución para ir a su casa en Guernica, en el Gran Buenos Aires. Dijo orgullosa que tenía cuatro hermanitos, que estaba en primer grado, y que estudiaba por la tarde.
Su simpatía y espontaneidad me desarmaron, era una cosita chiquita que destilaba inocencia y alegría. Abril tenía el pelo castaño y medía un metro de alto, estaba vestida con un equipo de gimnasia gris, que alguna vez fue blanco, y le faltaba un dientito de leche, lo que le confería una sonrisa simpatiquísima. Me despedí de ella y le di algún dinero para ayudarla, pero también para aliviar mí malestar interno.
“¿Y, qué tal la cuidadora?”, inquirió un muchacho de barba que pasaba caminando y había escuchado mí conversación con la nena. “Los padres están a los besos enfrente”, dijo con tono de reproche, y siguió.


Un taxista, buen samaritano de la noche, me explicó dónde quedaba el Casino Flotante, y la primera sensación al llegar fue la de un parque de diversiones. El estacionamiento con muchas luces de colores, señalizado con cartas de póquer de neón me recordaron un circo. El barco donde funcionan las mesas del casino parece salido de la película Maverick, era una réplica de esas embarcaciones típicas del Missisipi.
Una vuelta por los distintos niveles no me condujo a ningún lado. Todos estaban demasiado ocupados en seguir una pelotita, un naipe, o algún dado, como para iniciar una conversación.
No conforme con esto me dirigí raudo al Hipódromo de Palermo, y el viaje en moto me hizo sentir que la madrugada del miércoles se enfriaba.
Los elegantes salones del palacio hípico estaban copados por más de tres mil máquinas tragamonedas. Recorrer el lugar representaba atravesar un mar de colores y sonidos que se transformaba conforme se avanzaba. La única constante era el estado hipnótico en el que se encontraban los jugadores: miradas extraviadas, movimientos maquinales y conductas compulsivas. Tampoco resultó un lugar apto para estrechar vínculos con otro ser humano.
Salí decepcionado pero no estaba dispuesto a rendirme. Subí por Libertador, y sin saber muy bien cómo, aparecí en los bosques de Palermo. Me impresionó la enorme caravana de autos que circulaban a paso de hombre.
Di una vuelta por el circuito donde se oferta el sexo más polémico de Buenos Aires, advertí como los muchachos de los autos negociaban con las provocativas travestis, y finalmente decidí parar a tomar algo en el puesto que está abierto las 24 horas, a metros del lago.
Me apeé de la moto, saludé respetuosamente y pedí una Coca. Romina, una mujer obesa de 28 años, me sirvió la gaseosa con parsimonia, se la notaba cansada y con razón: hacía más de 16 horas que estaba trabajando. Esta comerciante de cabello bicolor, negro y bordó, contó que prefiere trabajar en el turno de la noche. "Es más tranquilo a esta hora", afirmó, mientras dos travestis muy flaquitas entraban por la puerta trasera del carrito.
Soledad se vino desde Salta para trabajar en la prostitución, dice que acá hay más plata. Se la nota inquieta, habla mucho y cambia de tema constantemente. "A mí me gustaría que haya una
marcha del orgullo gay en mi provincia", comentó, en relación a los volantes que estaban sobre el mostrador y que promocionaban la marcha del 31 de octubre en la Plaza de los dos Congresos.
"Yo tengo más hormonas femeninas que masculinas, eso me dio el último estudio que me hice", afirmó, para validar su condición de traviesa natural. Soledad continuó con una clase de profilaxis: "Me cuido mucho, a los clientes les hago poner dos forros, y si no les gusta que se vayan a la mierda". Dicho esto salió disparada fuera del puesto hacia un auto en el que se encontraba una amiga suya y cuatro tipos que le hacían señas. El deber es primero.
Cuando estaba por irme me abordó Rocío una travesti de belleza perturbadora. Una rubia de un metro 80, vestida con una tanga, botas rojas hasta las rodillas y un top roto que le dejaba las tetas al aire. Comenzó a interrogarme: "¿Ya te vas, cómo te llamás, qué andás haciendo, querés que te haga un bucal?"
Rocío era más bien un vendaval que acusaba 25 años aunque aparentaba 35. Trabajó algunos años en Centroamérica y se le notaba en el acento.
Me dispuse a irme y se me acercó. "¿No te gusto?", preguntó. Tomó mi mano izquierda y la apoyó sobre su pecho, luego llevó mi mano derecha a sus nalgas. Quedé helado, ella estaba trabajando y era su manera de conseguir clientes. "Me tengo que ir, gracias", balbuceé. Me subí a la moto, arranqué y me fui. Temblaba, seguramente por el frío.

Fernando Córsico

viernes, 30 de octubre de 2009

Más para Federico Jeanmaire

Quién es el flamante ganador del Premio Clarín de Novela 2009

El prolífico escritor Federico Jeanmaire ganó la XII edición del Premio Clarín de Novela con "Más liviano que el Aire", su última obra. El jurado aseguró que el público se cautivará con esta tragicomedia negra "desternillante y atroz". El autor remarcó que en lo que será su decimaquinta publicación, busca hacer reflexionar a la audiencia sobre la soledad y la violencia.

El miércoles, en una suntuosa ceremonia realizada en el MALBA, el jurado integrado por los escritores José Saramago, Rosa Montero y Pablo De Santis y el periodista Juan Cruz anunció su dictamen luego de leer 682 originales: los $100.000 del premio quedaron en manos de Federico Jeanmaire.


De 52 años, renombre en el mundo intelectual, pero ignoto para el público en general, Jeanmaire tuvo la noche de la entrega de premios el perfil cliché del escritor en busca de la gloria. Se vistió de manera informal, habló bajo, como pidiendo permiso, y caminó con calma hacia el ostentoso escenario del Malba como si nadie lo apurara. Pero lo que más se destacó, fue su paradójica dificultad para expresarse: "Es difícil hablar ahora, en realidad es difícil hablar siempre", arrancó.

Justamente su novela "Más liviano que el Aire" reconstruye una historia de violencia y amor entre una anciana de 95 años y un hombre muy joven en donde rige la falta de comunicación.


Del mismo modo, causal o casualmente, este hombre tan ducho para expresarse con la palabra escrita, tiene todo un tema con la oral (o con aquella que implica un ida y vuelta). "Escribir, a fuerza de estar solos imaginando cosas, te lleva a darte cuenta de lo que en realidad te importa en la vida. A mí, lo que me interesa es lo solos que vivimos todos y los difícil que nos resulta comunicarnos, y que es esa soledad la que termina por generar violencia".

Luego de varios años de mujeres ganadoras, el Premio Clarín cumplió su cupo masculino y Federico Jeanmaire se llevó la gloria. Un personaje muy interesante para agregar a la lista de nuestros más profundos complejos literarios.

jueves, 29 de octubre de 2009

DOS CANCIONES



El Jugador


Los días cuando pienso que ni dios resiste acá,
me enloquece no encontrarme con tus ojos
Cuando trato de alcanzarte, cuando veo cerca el puñal,
cuando cada día que pasa estoy más loco.

Cuando el tiempo y la distancia no sirven para cerrar
cuando cada paso tuyo no me deja respirar
No me pidas que me aleje ni que deje de tomar
No dejes de respirar entre mi carne.

Cuando miro hacia el pasado prefiero no adjetivar
el estado y las secuelas de mi vida
El recuerdo, tus pupilas, lo que siempre me hizo mal
esa línea que elegi para mi vida.

El entorno, los que yiran y están llenos de dolor
lo que siempre te suplica mi alter ego
El Jugador
Que no cierres hoy el túnel de tus piernas por favor
Dame un beso y yo me olvido las heridas.

Cuando al filo del cuchillo me doy cuenta que al final,
esto no es lo que ensayé para mi vida
No me juzgues!, Perdonáme!
Sé que no aprendí a vivir
Date cuenta sólo brillan los cristales

Y al final de los finales y al final de esta canción
Soy conciente de lo que hice con mi vida
Perdoname por haber vivido tanto y ser así

Las limosnas nunca alcanzan a mi alma.




Me dejaste ir

Hoy entre la gente veo una luz, salgo a respirar
Conectandome encuentro paz

El jardín hoy luce como vos, tan luminoso
Y creo ver ahí, como nunca, tu resplandor.

Y se oyen las voces que salen de tí
Es la libertad lo que vos pedís


Y al ver de nuevo el sol cada mañana
Dibujo entre líneas tu nombre ahí, junto a mi nombre


Y suenan campanas por todo el lugar
Son ecos vacíos
La música viva no te trae a mí
Ya lo ves, no existen obras
que tengan poder

Y se oyen las voces que salen de tí
Estoy en libertad, me dejaste ir
Me dejaste ir...


por Patricio Lange

DOS POEMAS


Así nos quieren

Algo te tiene castrado. Castrado, castrado, castrado
Te quieren con el cerebro muerto y la boca abierta, listo para tragar.

Tragá! Hijo de puta! Pero no pienses. No seas raro. Freak!
Te estamos mirando. No te alejes mucho.

¿Te gusta la droga? Tomá! Tomátela toda!
La dejamos entrar y te sacamos plata.
Rompete la mente y hacenos ricos. Títere!

Así nos quieren.




Resistencia


Yo era niño y resplandecía en la cuadra de mi casa
Escapaba para comprar juguetes, me peleaba en las esquinas
Y escribía el pavimento con mi amigo clandestino

Todo el tiempo me pregunto que pasó con ese niño
Dónde fue que lo mataron, dónde están mis caramelos

Y si sigo caminando, quizás sea por ceguera
Ya ni veo qué me han hecho
Sólo sigo un haz de luz

Maldición! Viejos perros del camino!
Con la rabia indómita me comen las entrañas ya podridas

Muéranse! Animales! Envenenense de mí
Si yo muero me los llevo
Si me quedo los maté.


por Patricio Lange.

martes, 27 de octubre de 2009

Un día hay vida...

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Luego de la muerte de su padre en 1979, Paul Auster empieza a escribir una de sus obras cumbres: La invención de la soledad, dividida en dos capítulos... "Retrato de un hombre invisible" y El libro de la memoria".

En una reflexión de sensaciones cuando llega inesperadamente la muerte, Auster encuentra en su máquina de escribir la manera de mantener vivo a su padre, que se mantenía invisible en vida, "invisible para los demás, y probablemente invisible para sí mismo".

Estas hojas se convierten en uno de los pefiles más logrados de la literatura universal. Y a medida que continúa escribiendo y deshojando su historia, descubre que a su padre lo atormentaba un asesinato vivido en su niñez. Ésta es seguramente la causa de su carácter frío y distante...

"Un día hay vida. Por ejemplo, un hombre de excelente salud, ni siquiera viejo, sin ninguna enfermedad previa. Todo es como era, como será siempre. Pasa un día y otro, ocupándose sólo de sus asuntos y soñando con la vida que le queda por delante. Y entonces, de repente, aparece la muerte. El hombre deja escapar un pequeño suspiro, se desploma en un sillón y muere. Sucede de una forma tan repentina que no hay lugar para la reflexión; la mente no tiene tiempo de encontrar una palabra de consuelo. No nos queda otra cosa, la irreductible certeza de nuestra mortalidad. Podemos aceptar con resignación la muerte que sobreviene después de una larga enfermedad, e incluso la accidental podemos achacarla al destino; pero cuando un hombre muere sin causa aparente, cuando un hombre muere simplemente porque es un hombre, nos acerca tanto a la frontera invisible entre la vida y la muerte que no sabemos de qué lado nos encontramos. La vida se convierte en muerte, y es como si la muerte hubiese sido dueña de la vida durante toda su existencia. Muerte sin previo aviso, o sea, la vida que se detiene. Y puede detenerse en cualquier momento".