martes, 3 de noviembre de 2009

Todo sea por la FLIA


La Feria del Libro Independiente y Alternativa (FLIA) necesita gente con ganas de: colaborar, pensar ideas para cada evento, organizar los mismos, hacer prensa y difusión, trabajar en los stands, y sentirse parte de un movimiento que hace tres años viene trabajando sin fines de lucro para difundir obras literarias de artistas independientes.

Por eso el equipo horizontal y democrático que hoy lleva adelante FLIA advirtió en su blog que necesitan “mayor participación activa de nuevas personas que enriquezcan el colectivo y se hagan tiempo para ir a las charlas, ayudar, y trabajar en la organización”.

Sus miembros se reúnen en asambleas abiertas todos los martes con el objetivo de que ese anhelo que comenzó hace más de tres años siga creciendo: la existencia de un espacio de difusión para obras y artistas ignorados por el circuito comercial.


FLIA ya tuvo 11 ediciones en Capital, pero también se propagó este año hacia a La Plata y Bahía Blanca, y también a la provincias de Misiones y Chaco, cuya primera versión será en noviembre, los días 14 y 15 en Resistencia.






La idea es tan noble y, por suerte, los resultados tan excitantes, que valdrá entonces la pena acercarse y colaborar para dar lugar a los nuevos valores borders de la literatura local.

“La lucha resulta completamente desproporcionada: una compañía de artistas de circo contra un ejército mercenario armado hasta los colmillos; un puñado de ilusiones alzado contra la voluntad de poder, enfrentados irremediablemente, de principio a fin”, es una de las proclamas que propone el blog para darle fuerza a ese pequeño escuadrón de artistas de ningún lugar que, organizados en FLIA, están mutando hacia una verdadera guerrilla urbana de poetas y escritores alternativos, inmensa fuente de creación al alcance de más y más lectores cada día.


Es hora de hacernos la novela, la película, o el poema, de que el arte nos puede pertenece a todos. A los que lo hacen y a su público. NO a los dueños de las jaulas para libros, discos, pinturas y conciertos, que le ponen precio a todo, luego lo ordenan por góndola, y después compran teatros, cafés, y salones donde éstas obras serán expuestas, privatizando nuestro derecho a consumir arte, música y poesía.

Acercarse entonces, los martes a las 20 a la sede FLA de Brasil 1551, en el barrio de Constitución, es un asunto de FLIA.




por Patricio Lange.

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