lunes, 14 de septiembre de 2009

La playa infinita

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Dos muchachos tomaban una cerveza en el silencio de una playa desierta hasta que el rubio interrumpió y dijo:
-¿Conoces algo más infinito que el mar?
El morocho se arrojo hacia atrás hasta descansar su espalda en la arena y le respondió:
-El cielo me parece más infinito.
Continuaron un rato más en silencio hasta que la botella vacía los echó de aquella playa infinita.


Leopoldo
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Acabo de escribir dos poemas


Visión de niño

Una vuelta en una verde pradera le hice frente a un toro.
Creí que iba a vencerlo, tenía sólo cuatro años.
Todo dentro de las paredes de mi cuerpo era real.

Por eso enfrenté al animal con un pañuelo rojo y la altura de un pato.
Cuando corrí para escapar del corral, ni miré atrás.

No me importaba que miles de bestias me arrollaran, casi hubiera podido volar.

Era niño. No había visto una sola flor seca.


Poema frío

Algo había perdido, me lo habían quitado. Ahora preparaba la mortaja con disciplina. La conciencia del dolor.
Como un oriental respeté el momento frío.

Dejé congelarse adentro mío miles de lagos inmensos.
Apagué el fuego con mugre, barro, lodo y agua estancada y llené cada una de mis articulaciones con abono de insignificantes mamíferos.

Estaba muerto. Sin luz en el ojo.

Patricio Lange.

He leído: "Aves Exóticas", de Reina Roffé






En su primer libro de cuentos, Reina Roffé pasea por historias mínimas de mujeres, pequeños acontecimientos dominados por el mundo interior de los personajes y sus pensamientos, sin grandes finales ni sucesos estridentes. Todo parece adormecido, detenido en el tiempo por heridas o parálisis emocionales añejas. La prosa es ágil y llana, coloreada por el uso de expresiones madrileñas que se mezclan con el lenguaje rioplatense de Buenos Aires, ciudad natal de la autora.



En Aves Exóticas (2004), Roffé aborda temas como la decepción, la ira, la soledad y la resignación de sus personajes que recuperan, en la voz en tercera persona del narrador, historias pasadas que enmarcan su presente y le dan sentido a los finales.
Roffé es escritora y periodista. La primera de sus cuatro novelas, Llamado al Puf, fue publicada en 1973 en Argentina y ganó el “Premio Condal Ríos al mejor libro de autor joven”. En 1976 publicó Monte de Venus, prohibido por la dictadura militar. La Rompiente (1987) y El cielo dividido (1996) son sus dos últimas novelas.
En Buenos Aires trabajó para los diarios Clarín y Página 12 y en España para La Razón, ABC y El Mundo. En 1981 recibió la “Beca Fulbright para escritores” de la Universidad de Iowa, Estados Unidos.



En este primer libro de cuentos cortos, Roffé insiste en la idea de un tipo determinado de mujer que “vive a cielo descubierto, a la intemperie y extranjera en todas partes”, como ella misma definió a la protagonista de El cielo divido, en una entrevista para el diario La Nación.
La contratapa del libro está firmada por Noemí Ulloa, crítica literaria de peso, quien describe las historias presentes en la obra como “plenas de creciente interés” y califica de “ajustada, tersa e inteligente” a la narración.


Entrevista a Reina Roffé: http://www.literatura.org/Roffe/repo_roffe.html


Título: Aves Exóticas
Autora: Reina Roffé
Editorial: Leviatán
Costo: $12
Calificación: Bueno

A sangre fría: realidad y ficción

En ese momento, ni un alma los oyó en el pueblo dormido…cuatro disparos que, en total, terminaron con seis vidas humanas. Pero después la gente del pueblo, hasta entonces suficientemente confiada como para no echar llave por la noche, descubrió que su imaginación los recreaba una y otra vez (…) esas sombrías explosiones que encendieron hogueras de desconfianza, a cuyo resplandor muchos viejos vecinos de miraron extrañamente, como si no se conocieran”.
(A Sangre Fría, Pág. 14)


Corría el año 1959. Era un domingo como cualquiera, cuando el tranquilo pueblo de Holcomb, Kansas, se volvió el más famoso de Estados Unidos. El acontecimiento del que todo el mundo hablaba, había ocurrido allí, en ese pueblito solitario, con tan sólo 270 residentes, granjeros y sencillos. Los cuatro miembros de la familia Clutter habían sido brutalmente asesinados durante la noche, y los autores del crimen, habían desaparecido sin dejar huella.

Allí llegó el escritor y periodista Truman Capote, quien había leído la noticia en el New York Times y había sido atraído, no por la muerte de personas inocentes, sino por lo chocante que resultaba oír que semejante tragedia había ocurrido en un pueblito tan olvidado como Holcomb. Capote comenzó realizando pequeñas entrevistas, que luego se transformarían en una larga lista de testimonios, que posteriormente incluyeron a los mismos asesinos. Su extensa recopilación de datos e historias de vida, convirtieron lo que iba a ser un pequeño relato, en una novela, en un libro que abriría la puerta a un nuevo género literario.

Lo que Capote logró con sus seis años de minucioso trabajo, no sólo fue relatar a la perfección los detalles más macabros de los crímenes; también marcó un antes y un después en la literatura, escribiendo una de las primeras nonfiction novel, o novela no ficción.


Un caso real
“A sangre fría se llama este libro de Truman Capote, y hay que leerlo a sangre fría, por sus temas terribles y las oscuras consecuencias que se deducen en sus páginas (…) Truman Capote revive todas las circunstancias de la vida de cuantos participan en el drama, víctimas o victimarios. Es un narrador impasible, o más bien un narrado apasionado, que deja razonamientos y denuncias para que los lectores las formulen (…) Es decir, algunas conclusiones no se aclaran, permaneciendo en la sangrienta oscuridad.”
Pablo Neruda


A sangre fría narra el cruel asesinato de la familia Clutter en Holcomb, Kansas, perpetrado por Perry Smith y Dick Hickock, la noche del 15 de noviembre de 1959.
La familia, compuesta por Herbert Clutter, su mujer, Bonnie Clutter y sus hijos Nancy y Kenyon, vivían en una granja y eran muy respetados por todo el pueblo. El libro comienza con una descripción del lugar de los hechos, para luego continuar con los detalles del último día con vida de cada miembro de la familia, además de entrelazarlos con vivencias anteriores que componen una biografía de cada personaje.

El resultado de una ardua y obsesiva investigación quedó plasmado en su libro A sangre fría (In cold blood) publicado en 1966. Una obra que combina una noticia con el poder de la narración novelística. Obra que lo colocó en uno de los mejores escritores del siglo XX, obra de la que obtuvo gran dinero, gracias a su venta y a los derechos de autor por la película que fue realizada un año más tarde por Richard Brooks (La gata sobre el tejado de zinc).

domingo, 13 de septiembre de 2009

Un libro en 40 horas


Para el horror de Borges y Foucault, de profesores de letras y magísteres en corrientes literarias, el motivador canadiense Gerry Roberts presenta un programa con el que cualquiera parece poder escribir: "Cómo hacer un libro en 40 horas".

Lejos de deleitarse con la cohesión y la sintáxis, el exitoso empresario y escritor de numerosos best sellers como "La mentalidad del Millonario" o "Cómo la gente ordinaria puede tener ingresos extraordinarios", entiende al mundo editorial como una poderosa herramienta de marketing personal.

Antes que nada hay ciertos puntos a tener en cuenta: definir un objetivo que tenga relación con qué queremos que el libro haga por nosotros (nos lance a la fama, respalde nuestra carrera, etc.); analizar que la audiencia a la que esté dirigido el libro sea amplia y tenga poder adquisitivo; elegir un título atractivo y un diseño de tapa fuera de lo común; y desarrollar un contenido sencillo, práctico y concreto.
Ahora sí:
en menos de dos días podremos tener nuestra obra terminada, en sólo 6 pasos.

1) Escribir los títulos de 15 capítulos. Si se trata de "Estrategias para elegir un buen auto", definiremos 15 temáticas en las que querramos profundizar, como pueden ser consultar a un experto, comparar precios, etc.
2) Reducir los títulos a 10 y ordenarlos. Con un poco de sentido común, seleccionar los 10 capítulos más interesantes del grupo original y darles un cierto orden lógico. Nada del otro mundo hasta ahora.
3) Definir 18 ingredientes para cada capítulo. Como una suerte de ejes temáticos, plantear conceptos que cada uno de nuestros 10 capítulos desarrollarán. Siguiendo el ejemplo, para el capítulo sobre consultar a un experto, algunos ingredientes podrán ser pedir recomendaciones a nuestros amigos, o chequear la experiencia de quien consultemos. Hacer lo mismo con cada uno de los 10 capítulos.
4) Reducir los ingredientes a 15 y ordenarlos. Nuevamente, desechar 3 ingredientes del grupo original y darles un orden lógico, siguiendo nuestro sentido común. Ya tenemos 150 conceptos en nuestro libro.
5) Convertir cada ingrediente en una frase significativa. Es sencillo y marketinero: si habíamos escrito "chequear la experiencia de quien consultamos", ahora reemplacemos la idea por una frase efectista como "es importante conocer la trayectoria profesional de nuestro asesor".
6) Convertir cada frase en una pregunta y darle 3 posibles respuestas. Con un simple adverbio interrogativo tendremos nuestra pregunta sin mayores problemas. Para concluir con el ejemplo, podríamos redactar "por qué es importante conocer la trayectoria profesional de nuestro asesor". Y a partir de entonces, formular 3 respuestas que funcionen como una suerte de consejos prácticos.
¡Todo listo! Si calculamos 5 minutos por respuesta, y consideramos que son 150 preguntas, en 2250 minutos, 37 horas y media, nuestro libro estará listo. Nos sobran 2 horas y media que gastaremos en organizar esta tarea y crear el título, el diseño de tapa, los capítulos y los ingredientes. Fácil, ¿no?
En el mundo del Tamaño de fuentemarketing y la autoayuda, la literatura deja atrás sus complejos y se anima a transformarse en libros con un montón de letras que probablemente no conmuevan a los intelectuales de la época, pero que seguramente empapelarán de verde las oficinas de las empresas editoriales.


martes, 8 de septiembre de 2009

El clásico: Cien Años de Soledad

Un mundo fantástico, real y eterno

La obra maestra del escritor colombiano Gabriel García Márquez conserva su vigencia y su valor literario luego de 42 años.




Muchos años antes, algo más de 42, el grandioso Gabriel García Márquez no podría haberse imaginado que Macondo se convertiría en el hábitat por excelencia de los mundos novelescos, la historia centenaria de los Buendía en una leyenda de referencia ineludible en la creación narrativa, y que Cien Años de Soledad se volvería una obra clave de la literatura contemporánea; o sí.

La ambición que exhibe la obra maestra del escritor colombiano, esa vocación brillante y eficaz por construir y desarrollar un mundo vasto y diverso en el acotado marco de una novela, dan cuenta de por qué este libro fue traducido en 35 idiomas, ha vendido más de 30 millones de ejemplares y le valió a su autor un premio Nobel en 1982.




"El Gabo", como se conoce a este respetable escritor y periodista, fue el fundador de un nuevo estilo literario en Latinoamérica: el realismo mágico. A raíz del auge de discrepancia surgida entre las culturas tecnológicas y supersticiosas, y la aparición de dictaduras políticas que controlaron el modo de decir y escribir, el realismo mágico surgió por 1960 como una alternativa de expresión: propone un reto para la nocion común de la "realidad", cuestiona la concepción de la verdad, permite, por medio de un lenguaje evocado y preciso, que los elementos de lo cotidiano convivan con gran naturalidad con lo maravilloso, y reformula lo inverosímil para convertirlo en verídico y poético.



Regida por estas pautas, Cien Años de Soledad se nutre de elementos estéticos tales como hipérboles para crear un nexo entre lo fantástico y concreto, de modo que no se pueda distinguir entre realidad e irrealidad, o mejor aún, que el cuestionamiento pierda valor analítico.

En 2007 la obra cumplió 40 años y fue reeditada en Argentina por Alfaguara.



"Todo lo escrito era irrepetible desde siempre y para siempre", concluye. Esa misma escencia de eternidad es la que permite que Cien Años de Soledad mantenga su vigencia.

Las fuertes huellas de Alfonsina

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Por la blanda arena que lame el mar
Su pequeña huella no vuelve más
Un sendero solo de pena y silencio llegó
Hasta el agua profunda un sendero solo
De penas mudas llegó hasta la espuma.

Sabe Dios qué angustia te acompañó
Qué dolores viejos calló tu voz
Para recostarte arrullada en el canto
De las caracolas marinas la canción que canta
En el fondo oscuro del mar la caracola.

Te vas Alfonsina con tu soledad
¿Qué poemas nuevosFuíste a buscar?
Una voz antigüa de viento y de sal
Te requiebra el alma y la está llevando
Y te vas hacia allá como en sueños
Dormida, AlfonsinaVestida de mar.

Cinco sirenitas te llevarán
Por caminos de algas y de coral
Y fosforescentes caballos marinos harán
Una ronda a tu lado y los habitantes
Del agua van a jugar pronto a tu lado.

Bájame la lámpara un poco más
Déjame que duerma nodriza, en paz
Y si llama él no le digas que estoy
Dile que Alfonsina no vuelve y si llama él
No le digas nunca que estoy di que me he ido.

Te vas Alfonsina con tu soledad
¿Qué poemas nuevosFueste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
Te requiebra el alma y la está llevando
Y te vas hacia allá como en sueños
Dormida, AlfonsinaVestida de mar.

Alfonsina y el mar


Compuesto por Ariel Ramirez y Felix Luna, este tema que recuerda el trágico final de la escritora, ha sido interpetado por grandes músicos como Andrés Calamaro, Mercedes Sosa, Luis Salinas, Jairo, José Carreras, Shakira, Alfredo Kraus y varios otros dispersos por el mundo.






Alfonsina fue operada de un cáncer de mama el 20 de mayo de 1935, marcándola hasta el final de sus días. Desde siempre, era depresiva, paranoica y sufría ataques de nervios, pero esta enfermedad potenció todos sus problemas. Se volvió reservada y cauta con las relaciones.
En octubre del ´38, viaja a Mar del Plata y el martes 25 deja su habitación con pasos firmes hacia el mar. A medida que el mar se subía besando sus piernas, los problemas desaparecían y nacía la muerte más recordada de la literatura argentina.



Antes, había escrito dos cartas. Una a su hijo Alejandro, y un poema de despedida al diario La Nación:

Dientes de flores, cofia de rocío, manos de hierbas, tú, nodriza fina, tenme puestas las sábanas terrosas y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Pónme una lámpara a la cabecera, una constelación, la que te guste, todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes, te acuna un pie celeste desde arriba y un pájaro te traza unos compases para que te olvides.

Gracias... Ah, un encargo, si él llama nuevamente por teléfonole dices que no insista, que he salido..."